El Diablo, es el oscuro arcano número XV de la baraja del Tarot. Una energía potente que representa la ambición, el magnetismo, la astucia, la creatividad, la seducción, las influencias ventajosas, el buen ojo en los negocios, la fuerza bruta y primaria.
Es el sometimiento y el espíritu autodestructivo, la dominación, las intrigas, la adulación, la falta de escrúpulos, los apegos y dependencias emocionales, las pasiones desatadas, la lujuria, la represión sexual, las adicciones, las relaciones tóxicas y la ignorancia. Asociado al signo de Aries y al planeta Saturno.
Significado de el diablo en tarot
Uno pensaría que si te sale la carta del diablo durante una lectura de Tarot es motivo de susto, terror o preocupación pero en realidad no es el caso. Es cierto que la carta del diablo es compleja y complicada de leer dependiendo de la situación pero como veremos a continuación en realidad no es una señal funesta o para ponernos a temblar.
Lo único «malo» que trae la carta del diablo en el Tarot es que representa lo negativo en nuestras vidas, o sea, todas aquellas situaciones, personas o condiciones que nos están estancando e impidiendo sanar y seguir adelante en el camino de nuestras vidas.
Cuando este Arcano Mayor se revela en una consulta de amor, por ejemplo, refleja decepción ya que la relación podría estar basada en el sexo y no en los sentimientos. No hay un vínculo afectivo, alguien de la pareja desearía dominar o la relación es inestable. Sin embargo, es positiva si solo deseamos saber cuánta pasión hay en la pareja, aunque tiene muchos matices negativos.
Que ocurre cuando sale la carta el diablo
El diablo es una carta que te muestra que puedes estar metido en una situación de sometimiento que tú crees o asumes que se deben a factores externos a ti y que no puedes modificar. Entonces podrías estar culpando a cosas que se salen de tu control para de esta manera quitar o no asumir tu propia responsabilidad en tu vida, tus asuntos y decisiones. Por lo que nos invita a enfrentarnos a nuestra propia actitud negativa y a empezar a vernos de forma más positiva. Debemos amarnos y aceptarnos a nosotros mismos y dejar de juzgarnos y censurarnos tan fuerte, porque sólo así nos sentiremos más tristes y enfermos.
Hay que aprender a reírse de nuestros problemas. Si dudamos de nuestros actos, hay que observar y analizar nuestra motivación. La única fuerza capaz de vencer el mal es el amor divino y ése comienza con amarse a uno mismo. El amor armoniza todas las cosas, así que aprende a amar.